Rituales de enterramiento egipcio

Los consideraban necesarios para asegurarse la inmortalidad tras la muerte. Estos ritos inducían la momificación, la pronunciación de hechizos mágicos y la introducción de objetos valioso en las tumbas, que pensaban que podían necesitarlo en la otra vida.

Motivos
Guardan el cuerpo del fallecido intacto, era necesario para que la fuerza vital de los egipcios tuviera un sitio donde hallarse tras la muerte. Los enterramientos poco profundos a veces se servían como momificación, porque los cuerpos al enterrarlos en tumbas se descomponen muy rápidamente, por ello usaban la momificación para impedirlo.
Practica
Aunque no hay documentos que demuestren este proceso exacto, hay información que describe la momificación del Toro de Apis y el examen de momias encontradas permiten deducir el proceso de momificación más probable.
Los egipcios pensaban que el corazón era el centro de la inteligencia, y la parte mágica del cuerpo. Este proceso empezaba colocando el cuerpo en una tabla plana y practicando un corte en el abdomen. En las momificaciones más elaboradas, el sacerdote realizaba el corte llevando puesta una máscara de Anubis, la deidad asociada con la momificación  y guardián de la Necrópolis. El cuerpo a continuación era lavado por dentro y por fuera con vino de palma. Los pulmones, el hígado, los intestinos y el estómago se extraían, se momificaban a parte y se introducían en vasos canopos. El corazón se dejaba intacto, ya que pensaban que en el residía la esencia de las personas. Dado que los egipcios no conocían la función la función cognitiva del cerebro, lo extraían rompiendo la delgada capa de hueso que separa la cavidad nasal y craneal. Para llevarlo a cabo introducían una vara en forma de garfio por la nariz, agitando el cerebro hasta que quedaba líquido y salía a través de la nariz, después limpiaban la cavidad craneal con lino y la cubrían con resina caliente para sellarla. La cavidad corporal y los miembros separados se lavaban nuevamente con vino de palma.
El cuerpo se sumergía en natrón (mineral) durante unos 40 días, con paquetes de natrón dentro del pecho. Este deshidrata el cuerpo el cuerpo por su alta concentración en sales, que prevenía la aparición de bacterias y la descomposición del cadáver.
A continuación, la momia se envolvía en una serie de tiras de lino, pegadas al cuerpo con brea o resina. Entre los pliegues de la piel se introducía amuletos mágicos para prevenir espíritus malignos y ayudar al alma en su viaje a la otra vida.
La momia se entregaba a la familia después de los 70 días de momificación para su entierro.
Después de preparar a la momia, era necesario que un sace4rdote la reanimara simbólicamente. El ritual de la Apertura de la boca era dirigido por un sacerdote, que pronunciaba un hechizo y tocaba a la momia con una azuela (herramienta) de cobre o piedra. Este ritual servía para que la momia en otra vida pudiera hablar y respirar. El sacerdote podía realizar hechizos para reanimar los brazos, las piernas y otras partes del cuerpo de la momia.