DEFIÉNDETE DE QUIEN TE DESPRECIA

Aprende a defenderte y contrarrestar de quienes te muestran desprecio o te infravaloran con actitudes que te hacen daño, bien mediante indirectas malintencionadas, comentarios irónicos, actuando como si no existieses, con palabras agresivas o críticas y burlas. Todo este trato desconsiderado hacia tu persona hace que te sientas herido y baje tu autoestima. Mientras que para ti significa una enorme falta de respeto, humillación e inseguridad, la persona que lleva a cabo esta conducta disfruta de un sentimiento de superioridad.
La gente que tiene una conducta despectiva suelen sufrir estrés, tener algún deseo de venganza o padece alguna herida a nivel psíquico. Piensan que no necesitan a nadie, se muestran muy satisfechos consigo mismos, aparentan lo que no son y son personas envidiosas. Se enfadan cuando se les lleva la contraria  quieren ser siempre el foco de atención y sus opiniones o criterios deben ser aceptados por los demás.
El mostrarse despectivo suele ser utilizado como una técnica para manipular, de hecho, se tiende a utilizar en negociaciones y discusiones.
Una persona con comportamiento despectivo disfruta interrumpiendo la conversación, subiendo el tono de voz para imponerse y provocando para bloquear y desequilibrar emocionalmente al que recibe su ataque. Cuando logran su objetivo sienten su éxito y se comportan como si no comprendiera la reacción de la persona que ha recibido su desprecio, se muestran tranquilos y esto produce una mayor exasperación.
Cómo actuar si sufres el desprecio de otros:
. Resistir ante la provocación y no dejarnos manipular: manejar la situación, mantener la serenidad, no es tu culpa sino la del que te está mostrando ese trato desconsiderado, por tanto, no reproches y evita tomártelo a pecho. Hay que pensar antes de reaccionar.
. Pon en evidencia su conducta, haciéndole frente y preguntando directamente y de forma serena qué intención tiene al actuar así, por qué piensa de esa manera… al ser descubierto, es muy posible que detenga su manipulación.
. Si persiste en su actitud hay que tratar de evitar peleas y confrontaciones directas, hacer uso de la indiferencia, ignorarles y seguir con nuestras ocupaciones y no inmutarnos ante sus comentarios. La práctica de la indiferencia siempre resulta mucho mejor que una pelea y  consigue que nuestro ofensor fracase en su objetivo.