A mediados del siglo XIX, limpiando un trastero de la Universidad de Valladolid, un bedel se encontró con una silla abandonada en una esquina, como un trasto más. Cansado, decidió sentarse un rato. Tres días después lo encontraron en el trastero, en la misma esquina, en la misma silla, muerto. Cuando un segundo bedel murió en las mismas circunstancias, las alarmas se dispararon y la leyenda se fraguó.
La historia se remonta a principios del siglo XVI, cuando la Inquisición detuvo al médico Andrés de Proaza por asesinato, tortura y pacto con el diablo. Había abierto una cátedra de Anatomía pero los rumores decían que sus conocimientos provenían del Maligno. La desaparición de un niño cerca de su casa alertó a las autoridades, que le sacaron la confesión de asesinato, pero no de un acuerdo demoníaco.
Sí admitió que poseía un sillón, regalo un nigromante de Navarra, que le permitía entrar en trance y del que obtenía todo el conocimiento que necesitaba para sus diagnósticos. Aseguraba que sólo un médico titulado podía hacer uso de él, y que cualquier otra persona moriría a los tres días…
En la actualidad, el sillón se encuentra en el Museo Provincial de Valladolid.
que miedo, sigo pensando si es verdad que se podían hacer pactos con el diablo
ResponderEliminaragggg que historias tan terrible
ResponderEliminarPFFF QUE COSA TAN EXTRAÑA
ResponderEliminarqué historia más horrible!
ResponderEliminarque historia mas rara¡¡¡¡
ResponderEliminarhabrá que ir a Valladolid a ver este sillon, la verdad que da escalofrios solo de verlo en foto¡¡¡¡¡
ResponderEliminarYO ME APUNTO PARA IR A VERLO, QUE TETRICO ES.... Y LA HISTORIA DA MIEDO LA VERDAD
ResponderEliminarVAYA HISTORIETAS PARA NO DORMIR, QUE MIEDOOOO
ResponderEliminarque miedoooo, nunca se me ocurría pactar con el diablo, que miedoo
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