jueves, 2 de noviembre de 2017
LA ÉTICA DEL TAROT
La Ética del Tarot
Todo buen profesional debe basar su trabajo en conductas éticas y en especial, por razones obvias, quienes tienen que ver con lo interno del Ser, con el alma humana. Debe hacerlo limpio de corazón, con intención de servicio, de cumplimiento de misión y apoyo. Desde su formación, quien incursiona en el Tarot debe seguir líneas éticas de conducta.
Elaboración permanente en el estudio del Tarot
Un buen profesional nunca dice: “Ya sé todo lo que necesitaba saber. Soy un experto”. La ciencia y la tecnología se han desarrollado gracias a que quienes se dedican a ellas nunca se dan por satisfechos. Al contrario, cada respuesta suscita mil nuevas preguntas que claman solución.
A ello se deben los inventos, la corrección de errores del pasado, el cambio de paradigmas para el progreso. Así, el tarotista se estanca cuando cesa de estudiar y prepararse. Si se abre al aprendizaje llegarán los sabios consejos de quienes van un poco “más adelante”, ya sea un libro, un curso, una persona, un programa de T. V. o una página web.
Conocimiento teórico-práctico del Tarot
Se requiere saber el significado de las cartas y las combinaciones o “tiradas” y, a medida en que mejor se manejen estos aspectos, se facilita la consulta. Pero eso no es suficiente. Paralelamente al dominio teórico del Tarot, se requiere de una formación integral que comprende conocimientos de psicología, autoayuda, terapias holísticas, etc.
Respeto mutuo
Respeto es cortesía, tolerancia y confianza. Si tarotista y consultante van en busca de respuestas en actitud armónica se produce un encuentro positivo, inspirado y de mucho crecimiento para ambos. Se da una conexión perfecta y su efecto es evolutivo para los dos “actores”.
Las normas de cortesía y educación hacen que ambos participantes se sientan satisfechos y agradados. Omite expresiones vulgares y soeces que envilecen la atmósfera y bajan el nivel vibratorio. Recuerda: el tarotista pone las reglas y el consultante se adapta a ellas de manera automática.
Concentración en las sesiones de Tarot
Antes y durante una sesión, evita charlas banales que distraen y desvían el centro de interés. Sin rigidez, toma el control y orienta la conversación hacia temas pertinentes. Evita el parloteo superficial, el chisme y los relatos sobre temas colaterales que dispersan la energía y hacen perder la concentración.
Actitud relajada y perceptiva en la sesión de Tarot
Respira conscientemente, serénate y mantén una actitud alerta durante la sesión. Cuando consultas a solas, esta actitud te facilita la conexión interior. Cuando consultas a alguien que está presente, el estado de ánimo calmado y alerta te permite captar señales que, de otra manera, hubieran pasado desapercibidas.
Mínimos gestos (una tenue sonrisa, un ceño apenas fruncido o una lágrima casi imperceptible) pueden ser señales claves que te faciliten el tránsito por este “laberinto” insondable del alma humana. Los mensajes no verbales a veces dan más información que las palabras. Por demás, la actitud relajada te conecta con tu voz interior y, con ello, captas mejor las verdades que el tarot sugiere.
Sinceridad y responsabilidad en el Tarot
Ser sincero no significa ser imprudente o cruel. Ser sincero es sinónimo de decir la verdad, tal como ésta se revela. Sinceridad y respeto es una combinación que te permite decir lo que debes decir sin perjudicar, sin emplazar u ofender. Los psicólogos llaman a esta forma de comunicación ser “asertivos”.
Es ético anunciar en consulta los acontecimientos que el tarot advierte, agradables o no. La información no te pertenece, eres sólo un “canal”, un “traductor”, por lo tanto, no decides qué decir. Lo que sí decides es cómo hacerlo. Asume la responsabilidad acerca de cada palabra que digas y de cada consejo que des.
Intención útil y digna
Antes de iniciar una consulta, revisa cuál es la intención manifiesta y oculta de la pregunta. Si se esconde un sentimiento innoble, un deseo mezquino o destructivo, por más ingenua que parezca la pregunta, no te hagas partícipe.
Antes bien, convence a la persona de no hacerla y, mejor aún, ayúdala a ver lo errado de su motivación. No permitas que el egoísmo o la maldad de otros guíe la sesión y empañe tu energía y la consulta misma. Una pregunta inspirada en fines poco dignos retrasa espiritualmente a quien consulta, al operador que lo permite y a tu Tarot como “práctica de luz” que debe ser.
No especulación
Todo servicio amerita una compensación en dinero o bien útil. En la consulta tú cedes energía y conocimiento a otra persona y es justo que recibas algo a cambio. Los gitanos llamaban a este intercambio “pacto de videncia”. No es ético especular, aprovecharse de la ignorancia o del dolor de las personas. Sé justo y pide por tu trabajo lo que él merece.
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