miércoles, 13 de septiembre de 2017

ROSA DE JERICÓ


La Rosa de Jericó, o planta de la resurrección, es originaria de desiertos del norte de África. Esta planta se seca del todo y se acurruca en los tiempos de secado, y renace de nuevo al entrar en contacto con el agua, de ahí su nombre de la planta de la resurrección. La rosa de Jericó posee una energía espiritual muy poderosa, sus cualidades mágicas son conocidas por atraer  prosperidad,  éxito y otorgar a su propietario una inmensa protección, absorbiendo todas las energías negativas que puedan dañarle.
En ocasiones, la Rosa de Jericó desarrolla una relación muy fuerte con su dueño deteriorándose repentinamente y de forma no esperada cuando este está enfermo o con el estado de ánimo bajo, y recuperándose rápidamente cuando la persona se mejora.
Esta planta debe ponerse en agua cuando está cerrada y se suelen utilizar recipientes de cristal lo suficientemente grandes para que la planta pueda abrirse sin problemas.
Para establecer una conexión con su energía solamente debes poner tus manos encima de ella con las palmas hacia abajo, concentrarte y  bendecir el agua. Para bendecir el agua puedes repetir lo siguiente:
“Bendigo esta agua, que se convierta en un canal de protección y amor, por el poder divino de Dios.”
Sentirás  cómo la energía empieza a fluir a través la planta, cierra los ojos y concentrarte durante unos segundos permaneciendo en un estado de paz y tranquilidad. Al finalizar pídele un deseo. Es conveniente colocar una vela cerca o incienso. Ten en cuenta que debes tratar que siempre a la Rosa de Jericó con mucho respeto y amor, pues ella percibe tus energías y actúa como tu guardiana.

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