Los gatos
son actualmente el segundo animal doméstico más popular alrededor del
mundo. Una situación imposible de creer hace apenas unos siglos atrás,
cuando los gatos estaban muy relacionados a las prácticas oscurantistas y a la
magia negra. No todos los gatos, había una predisposición especial por señalar
a los gatos negros como seres portadores del infortunio.
La
asociación entre la magia y negra y los gatos se debe sobre todo a épocas
antiguas en las que las brujas eran perseguidas y quemadas sin piedad. Se decía
que las brujas encontraban la manera de escapar convirtiéndose en gatos negros.
Con los cuales habían hecho un pacto de sangre. De esta manera también muchos
gatos negros fueron asesinados, pues se creía que un gato negro no era más que
una bruja. Esta relación se debe a cientos de manuscritos encontrados en los
que la sangre de gato aparece como uno de los principales ingredientes de magia
negra.
También toda
la imaginería sobre la magia negra ha retratado de manera perpetua brujas y
gatos negros juntos. En muchos pueblos a la hora actual, se continúa creyendo
que un gato negro sobre el tejado de una casa en la noche, indica la presencia
de una bruja y por ende, una desgracia que se aproxima pronto.
Pero para
indagar en la naturaleza oscura del gato podríamos remitirnos al antiguo
Egipto, donde se tenía una gran adoración por los gatos pues se consideraban la
propia reencarnación de los dioses. Entonces se pensaba que los gatos estaban
en la tierra para ser el canal de comunicación y convivencia entre los hombres
y los dioses.
De esta
manera, el gato ha vivido en la dualidad entre lo sagrado y lo demoníaco.
Aunque actualmente hace parte de la vida de los humanos con total normalidad.
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