Felicidades si has llorado a mares y te has hecho una playa
donde ahora tomas el sol. Si dejaste tus mariposas encima de la mesa y dijiste,
haz con ellas lo que quieras, ahora la que vuela soy. Felicidades si dejaste de
creer y empezaste a sentir. Te aplaudo, lo de sentir se está perdiendo. Si
abandonaste la manía de suponer y te aficionaste a preguntar a sabiendas que
las respuestas podían doler. Felicidades si los aires de grandes del que tienes
al lado no te despeinan. Si has aprendido que para clase, la de la sencillez.
Si has aprendido que no hay nada más íntimo que desnudarse con la ropa puesta.
Nada.
Felicidades si elegiste el camino correcto y no el fácil. Si
te cansaste de seguir la línea de puntos y te sacaste de la manga un dibujo a
colores. Felicidades si tienes la lengua muy larga y la frente muy alta, no hay
límites si el cielo es el lienzo. Felicidades si te dieron un golpe bajo y
estuviste a la altura, si te has caído y te has reventado las rodillas. De
momentos rotos nacen instintos y distintos gritos de guerra que te hacen ir
ganando batallas. Felicidades si el fuego te quemó por poner la mano donde no
debías y por quien no debías. Confiar es de valientes, no quemarse de cobardes.
Felicidades si tus principios son fuertes e inamovibles y
decides cambiar el final a tu antojo. Es tu historia, no un dictado. Si la vida
te ha enseñado a leer en las miradas, hay miradas que son acuses de recibo y
otras, hojas de reclamación. Y otras,
refugio y abrigo. Felicidades si te cerraron las puertas y abriste los ojos y
la mente, y una ventana al infinito. Si ya no cuentas lo que resta, si con los
restos del naufragio construiste un museo y colgaste el cartel de; me reservo
el derecho de admisión.
Que cada palo aguante su vela. Tú sopla la tuya y echa a
volar tus deseos que el mundo está lleno de puertos, mares y faros. Sopla y
celebra que eres como eres y haces lo que quieres. Sopla, donde el corazón te
lleve, que el resto es solo ruido.
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