En la ciudad de Buenos Aires, Argentina, hay una leyenda que
recuerda a un obrero que grita.
Según cuentan a finales de los años 30 el hombre estaba
limpiando el interior del Obelisco, cuando la caída de un rayo hizo que toda la
estructura temblara.
Esto provocó que el obrero perdiera el equilibrio y cayese
desde la cima.
Actualmente dicen que cuando hay tormentas, aún se pueden
escuchar sus desesperados gritos.
Otro mito de origen más popular, es el de Felicitas
Guerrero. Era una de las mujeres más pretendidas de la sociedad porteña.
Felicitas se casó con Martín Alzaga, un hombre mayor y muy
adinerado. Pasado un año, se quedó viuda no sin antes, además, haber perdido un
hijo. Por lo que además de su belleza había que sumar desde ese momento, una
gran fortuna.
No le faltaron pretendientes dispuestos a conquistarla.
Entre ellos Enrique Ocampo, aunque nunca fue correspondido.
El día que ella anunció su nuevo compromiso, Enrique le
disparó por la espalda y después se quitó la vida.
En homenaje a su hija, la Familia Guerrero construyó una
capilla situada en la calle Isabel La Católica, entre Brandsen y Pinzón.
Aseguran que cada 30 de enero, aniversario de su muerte, el
fantasma de Felicitas con el torso ensangrentado vaga hasta la llegada del
alba.
¿Verdad o mentira? La realidad es que estas historias,
provocan angustia en las personas que las oyen.
madre mía que tragedias!
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