El hada de los dientes

La leyenda del hada de los dientes es algo diferente a la que nos contaron de niños en la que poníamos los dientes bajo la almohada y al día siguiente encontrábamos monedas en su lugar…

Se cuenta que sucedían cosas muy extrañas en el pueblo, cuando un niño perdía sus dientes de leche, los padres debían tener cuidado o el niño desaparecería sin dejar rastro.

La leyenda cuenta que al pueblo llego una vendedora ambulante, vendía todo tipo de dulces, algodones de azúcar, caramelos y chucherías varias, nadie sabe de dónde había salido esta mujer, era difícil ver su cara, usaba un gran sombrero y su mirada era baja. Igualmente, los padres tampoco prestaban mucha atención, ya que toda su atención estaba en estar preocupados por los niños desaparecidos, y en la aglomeración que los niños hacían alrededor de esa vendedora de dulces.

Los niños contaban que la señora no hablaba mucho, susurrando les ofrecía los dulces. Al cabo de dos semanas los niños empezaron a enfermar, sus cuerpos estaban llenos de verrugas y granos, fiebre alta, vómitos, y algo muy chocante, se les empezaron a caer los dientes, pero no uno solo como era normal, sino todos, dientes y muelas, en sus bocas había gusanos, que se comían literalmente sus encías, de diferentes colores, justo de los mismos colores que esos dichosos caramelos que vendía aquella señora.

Una noche en casa mi hermana comenzó a llorar y a gritar, su almohada estaba llena de sangre y había perdido todos sus dientes, decía que había visto una mujer en su cuarto y se dirigía hacia mi habitación. Mis padres corrieron hacia mi cuarto, había una mujer extraña, de extremidades largas, ojos de serpiente, manos huesudas, sujetaba mi cabeza y con su lengua verde, larga y bífida estaba succionando la sangre de mis encías. Ella no tenia dientes, su rostro era horrendo, aquella aberración tenia un asco lleno de dientes, recolectados de los otros niños y ahora estaba echando los de mi hermana y los míos.

Aquella aberración me soltó en cuanto mis padres la atacaron, y aunque a mi lograron salvarme, esa noche muchos niños desaparecieron, incluida mi hermana.